Naturaleza y Fotografía (en ese orden), son dos conceptos que sirven en gran medida para definirme.

 

Primero llegó a mi la naturaleza, a la que me dedico profesionalmente desde hace años como ornitólogo y técnico de campo, profesión que me sacó de mi Madrid natal y me ha ido llevando de un lado para otro de la Península, especialmente por el sector occidental andaluz y el Alentejo portugués.

 

Después fue la fotografía. Primero de forma relajada. Comencé a salir al campo y llevaba la cámara conmigo. Fotografiaba cualquier cosa. Aves, plantas, paisajes... aprovechando que el trabajo me llevaba de aquí para allá. Poco a poco me iba enganchando, hasta que un día me di cuenta que ya no podía quitármela de encima.

 

Fue entonces cuando decidí que en lugar de aprovechar mis salidas al campo para llevar la cámara, debía aprovechar la cámara para salir al campo.

 

A veces puedo dedicarle mucho tiempo, otras ninguno, y casi nunca muchos recursos, pero la fotografía siempre está ahí, y llegó para no marcharse, de modo que mientras siga disfrutando de ella, seguiré madrugando, o acostándome tarde, o pasando frío, o caminando mucho, para seguir descubriendo a través de la cámara la naturaleza que nos rodea.